domingo, 5 de junio de 2011

Ética Planetaria y la Conciencia Universal

El planeta, Madre Tierra, se encuentra en este momento en fase de re-organización, de cambios, de multitudes que gritan Libertad y Justicia, de búsqueda de valores, de la necesidad de ética planetaria. Es asombroso que la Humanidad todavía no sepa vivir en paz, que palabras como 'competitividad' sean las que mandan frente a palabras como 'convivencia", ha señalado José Luis Sampredo, español, escritor y economista,premio Orden de las Artes y las Letras de España. Asimismo, ha apostado por el ser humano y su pensamiento. "Su grandeza está en el pensamiento, sobre todo el pensamiento libre, porque en ese aspecto nos educan mal, introduciendo en nuestra infancia dogmas. Si no hay libertad de pensamiento no hay libertad humana plena, y si no uno no puede ser quien es, no puede guiar su brújula interior", ha dicho.



Es aquí donde se entronca la cuestión de la ética. Hoy, como nunca antes en la historia del pensamiento la palabra “ethos” en su acepción original, ha adquirido actualidad. Ethos en griego significa morada humana, el espacio de la naturaleza que reservamos, organizamos y cuidamos para convertirlo en nuestro hábitat.

Pero hoy en día ethos no es solamente la morada en que habitamos, la ciudad en que vivimos o el país al que pertenecemos. Ethos es la Casa Común, el planeta Tierra. En consecuencia, necesitamos un Ethos planetario.

El fundamento de este nueva ética está expuesto en dos documentos. El primero -la Carta de la Tierra- es internacional y fue asumido por la Unesco en el año 2000. El segundo fue aprobado en 2002 por los ministros del Medio Ambiente latinoamericanos y se titula “Manifiesto por la Vida, por una ética para la sustentabilidad”. Ambos tienen mucho en común con los Objetivos para el Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. Pero la ética planetaria no puede estar aislada del universo, pues formamos parte del Sistema Solar, y a su vez de la Galaxia, nuestra Vía Láctea, que esta en un sistema complejo aun mayor. En ese Universo hay vida inteligente, es absurdo pensar que estamos solos en la inmensidad de perfección, maestría y energía que es el Universo.



Edgar Morin completa El Método con la aparición de su sexto volumen: Éthique. En cierta forma, el más importante, aunque impensable sin los cinco volúmenes anteriores (editados en España por Cátedra) y sin otras de sus obras esenciales, como Terre-Patrie. No puede decirse que sorprenda a quienes hayan seguido la obra de Morin, pues en gran medida ya podían haberse hecho una idea bastante clara de la concepción ética de Morin... y, sin embargo, representa algo nuevo y necesario expresado con gran sencillez. De hecho, me parece uno de los libros más importantes para este comienzo de siglo. Más que reseñarle, pretendo reflexionar en torno a él, invitando a que otras y otros también lo hagan y lleguen a sus propias conclusiones.

Morin no es un “moralista”, un predicador de normas y de “buenas costumbres”. No nos presenta una lista de cosas que deben hacerse y otra de cosas prohibidas. El seguimiento de morales normativas puede llegar a resultar humanamente muy doloroso y destructivo en ciertas circunstancias, pero intelectualmente y éticamente resulta una “vía fácil”, en la que desaparece el cuestionamiento de lo que hacemos y la perplejidad ante lo real. En Morin, la ética “No es una norma arrogante ni un evangelio melodioso. Es el hacer frente a la dificultad de pensar y de vivir”.
Poco antes, encuentro un párrafo que, en gran medida, concentra gran parte de lo que en este libro se dice: “La ética es compleja porque es de naturaleza dialógica y debe afrontar con frecuencia la ambigüedad y la contradicción. Es compleja porque está expuesta a la incertidumbre del resultado y comporta opción y estrategia. Es compleja porque carece de fundamento aunque sí sea posible reencontrar sus fuentes. Es compleja porque no impone una visión maniquea del mundo y renuncia a la venganza punitiva”.
Querría llamar la atención, en primer lugar, sobre la introducción de la estrategia en el corazón mismo de la ética. Sin estrategia, no hay auto-ética. Dicho así, fuera del contexto general, podría pensarse que se está hablando de una ética meramente utilitarista, o de una subordinación de los medios a los fines. Nada más alejado del pensamiento de Morin. La estrategia resulta imprescindible tanto a la hora de la toma de decisiones como para el control sobre las consecuencias de nuestros actos. Una ética sin estrategia se reduciría a un brutal “hágase (mi) justicia y húndase el mundo a mi alrededor”.



Precisamente, en las protestas en Medio Oriente, Tunez y Egipto el grito de sus manifestantes era Somos Uno. Esta revolución de unicidad se está extendiendo notablemente hacia algunos países europeos como Portugal, Grecia y España. A primera vista esto no parecería ser parte de la revolución de unicidad ya que las demandas planteadas por la gente son mayormente económicas y en contra de los planes de austeridad determinados por la UE y/o el FMI/Banco Mundial, etc. Sin embargo, el sistema económico mundial está lejos de estar basado en la unicidad y separa a la gente en ricos y desposeídos y muchos ahora están encontrando que esto es inaceptable. Se escuchan voces en el mundo como el catedrático Ervin Laszlo, escritor y presidente del Club de Budapest, ha hecho un llamamiento para una nueva ética planetaria. Afirma que la adopción de una nueva ética planetaria requiere una mentalidad nueva, una conciencia más evolucionada.



La conciencia planetaria es una conciencia holística que integra una visión del ser humano, la sociedad, la vida y el universo. En el ámbito personal, supone ser consciente de que un comportamiento social y medioambientalmente destructivo es indeseable e inaceptable. En lo que respecta a la sociedad, se trata de ser consciente de que el resto de las personas, vecinos o habitantes de otros países son parte integrante de la familia humana.


Con referencia a la Naturaleza, es ser consciente de que no podemos hacer nada a la comunidad de formas de vida que habitan la Tierra since ser afectados también. Para los individuos, la conciencia planetaria significa formas de vida, hábitos de consumo, comportamientos cívicos y aspiraciones profesionales más sencillos y responsables. En el mundo empresarial, significa asumir responsabilidad por el medio ambiente y el bienestar de todos los empleados y otras personas afectadas por las actividades de la empresa, no sólo el de accionistas y directivos.


En el ámbito político, la conciencia planetaria significa preocuparse por el desarrollo independiente de comunidades, estados y naciones desde la base, además de por la evolución sostenible de la red de interdependencias que envuelve a comunidades, estados, naciones y a la comunidad mundial.


En los medios de comunicación, la conciencia planetaria supone la promesa de proporcionar un flujo duradero y fiable de información que explique la situación del mundo y sus comunidades, de manera que las personas puedan descubrir valores y comportamientos nuevos y más apropiados.

En la relación del planeta con el Universo y la vida inteligente, supone la comprensión de que somos uno con el universo, estamos integrados y existen leyes universales que permiten el equilibrio y la Paz en el Universo. Esas leyes universales estan asociadas con la nueva conciencia en todo el mundo, de Este a Oeste y de Norte a Sur. La difusión de esta conciencia es un factor humano crucial para lograr una paz duradera. Las personas con conciencia planetaria se arman de voluntad y hacen evolucionar la visión para adoptar una ética planetaria, independientemente de si son pobres o gozan de un bienestar material. Esta ética, adoptada y practicada por un gran número de habitantes del planeta, podría corregir gran parte de los males del mundo, creando más justicia y bienestar. Finalmente, la evolución de la conciencia humana es la mejor manera de romper el círculo vicioso en el que la falta de paz interior impide la creación de una paz exterior que, a su vez, es un prerrequisito de la paz interior.


Cada individuo puede dar el primer paso hacia la paz mundial logrando la paz interior mediante la evolución de su conciencia. Cuando la conciencia de las naciones y culturas haya evolucionado a un nivel más alto, la ética planetaria será adoptada por una masa crítica de personas y se creará una paz duradera en la Tierra; una paz que no equivalga únicamente a la ausencia de violencia, terrorismo y guerra, sino a la expresión de un espíritu acorde con el corazón y la mente de la especie que se hace llamar homo sapiens.


El salto cuántico supone pasar de la noción de conciencia planetaria a la conciencia universal. La conciencia universal
es una experiencia espiritual de Amor.
Pero de Amor real, y este amor real,
no es amor del yo te amo, tú me amas,
sino que tú y yo, y el universo
dejamos de ser tú y yo, para ser el Amor mismo.

La Conciencia Universal existe al igual que existe la conciencia individual de cada uno de nosotros. Esto es tan real como que tú que estás leyendo ahora mismo estás tomando conciencia de lo expuesto en estas líneas. Después te podrán llegar pensamientos en los que estés de acuerdo con esto o no pero detrás de esos pensamientos está tu conciencia.

Como no la puedes ver ni tocar quizás no lo creas pero, detente y observa los pensamientos que afloran de tu mente. Si eres capaz de observarlos sin juzgarlos, si eres capaz de estar relajado siendo solo el observador de tus propios pensamientos, estarás percibiendo tu conciencia también llamado ser interior.

Cuando me refiero a la Conciencia Universal lo hago para dar un nombre identificativo a lo que muchas personas llaman DIOS, ADONAI, ALLA, AIZEN, KARMA, UNIVERSO… y cantidad innumerable de definiciones según la religión, la zona geográfica, las creencias y las distintas corrientes filosóficas con las que nos identificamos las personas. Incluso la nada, lo inerte, lo inexistente, son nombres que los ateos, agnósticos y escépticos suelen utilizar para referirse en lo que ellos creen.


Es un ejercicio de Fe y Amor, es la integración al todo o la fuente original. Es la capacidad de ver más allá de las fronteras de estado, país, o planeta. Trascender e Integrar procesos maravillosos que la humanidad transita en este momento mágico universal. La semana próxima continuaré comentando sobre este fenómeno mundial, el despertar de la humanidad.

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