El inicio del Otoño en Venezuela llega como principio del fin, frente a la violencia exacerbada de los esbirros del régimen en contra de manifestantes que desbordan las calles en todo el país, con la fuerte consigna de la renuncia de todo el tren gubernamental y la salida de funcionarios cubanos de la FANB, así como de todas las dependencias del Estado que van desde registros, notarias, y ministerios, donde paulatinamente se han incorporados cubanos en los 15 años de la actual administración.
La represión ya no solo se limita a dispersar manifestaciones, usando para ello no solo gases lacrimógenos, sino también balas y perdigones en manos además de grupos paramilitares denominados por el régimen como "colectivos". Los últimos días se han efectuado ataques a urbanizaciones, allanamientos a viviendas, ataque de gases, balas y perdigones contra edificios y casas con lamentables muertes, torturas y muchos heridos y asfixiados.
La protesta lejos de amilanar el ánimo de los venezolanos cada día se intensifica más, aunado a esto la detención ilegal de alcaldes con juicios y sentencias de cárcel en 24 horas más la denominación a dedo de suplentes en cargos de elección popular, en estados donde las protestas han arreciado más como el Táchira y Carabobo, ha generado indignación en la población que se ha volcado a las calles aun con la presencia de militares y grupos del terror.
El entramado ilegal que sustenta al régimen no solo se suscribe a Venezuela, hay que recordar como desde el año 2000, esa guerra fría que se creía enterrada con la caída de la URSS en 1991, siguió de forma subterránea y vestida con ropaje de un socialismo del siglo XXI marcando territorios y espacios democráticos como la OEA y la ONU, en una especie de confrontación retórica con los países desarrollados y el lema clásico de salvar de la pobreza a millones de personas. Una realidad geopolítica que se ha extendido por varios países de América y la reactivación de un bloque antioccidental y belícoso.
La Rusia de Putin ha contribuido durante más de una década en la carrera armamentista de la Venezuela que Chávez encabezó durante 15 años. El petróleo y sus ingresos millonarios no han sido usados para disminuir la pobreza, o mejorar la infraestructura del país, por el contrario, se ha enviado a otros países para construcción de hospitales, escuelas, carreteras, universidades en sacrificio de los intereses del pueblo de Venezuela. La realidad hoy es que Venezuela con un aparato productor destruido por las expropiaciones, las industrias colapsadas o quebradas, debe importar casi todo lo que consume en alimentos, medicinas, equipos, en su mayoría todo es comprado por empresas del régimen a países como China, Rusia, Argentina o Brasil. Se han desarticulado convenios como la Comunidad Andina de Naciones, para ser sustituidos por el Mercosur o escenarios internacionales como la Comisión de los Derechos Humanos de la cual de forma arbitraria y violando los principios internacionales se excluyó al país de esta organización. En el lapso de 15 años se generó el andamiaje ilegal, nacional e internacional para expandir el castrochavismo por América.
La prueba evidente han sido las dos sesiones solicitadas por Panamá en la OEA para discutir la situación de crisis en Venezuela, y en ambos casos, con una votación que representa las dos terceras partes de miembros permanentes, se optó por sesiones en privado, que no tienen trascendencia para los venezolanos y donde finalmente el secretario general de la OEA afirma que la OEA no va a intervenir ni aplicar la Carta democrática. Tenemos pues un panorama de claridad dentro del caos que vivimos los venezolanos en este momento; las instituciones internacionales que por excelencia fueron creadas para la Paz y resguardo de los Derechos humanos de sus pueblos han dejado de ser legítimas, al hacer caso omiso frente a la realidad que vive el país donde el Estado Totalitario emplea el asesinato, tortura y secuestro de la población civil para callar los reclamos que legítimamente pueden hacer de acuerdo a nuestra Constitución vigente.
Se pretende hacer ver al mundo que sufren un golpe de Estado, cuando el control de las armas, municiones y todo lo relativo a defensa de la Nación es de control exclusivo de la FANB. La realidad es clara y contundente, existen vídeos, fotos, testigos, relatos, informes de ONG como el Foro Penal y otros, que durante los 47 días de protesta han registrado, expuesto ante los poderes competentes, e incluso a través de medios de comunicación internacional que han facilitado sus espacios para hacer las denuncias.
El impacto de la insurrección nacional en Venezuela destapa una matriz de desinformación que le había permitido al régimen sobrevivir durante 15 años, además muestra cada día los medios que han usado para comprar voluntades, expandirse a otros países y corroer organismos internacionales. Estamos pues frente a un colapso no solo del régimen en Venezuela, que es llamado Genocida y asesino por la abierta violación de las garantías constitucionales, por el abuso del poder para silenciar las protestas. Este caos necesariamente va a tocar todo lo que el régimen durante más de una década pretendió destruir; la democracia en América. El colapso del castrochavismo en Venezuela es el epicentro de una gran debacle para otros países que han copiado al carbón el modelo de los Castro. La clara violación de nuestra Soberanía en una invasión silenciosa y cómplice del régimen, desenmascara la ambición de poder y dinero a costa del sacrificio del pueblo. Lo peor que puede ocurrir a un líder es ser descubierto e involucrado en el asesinato de personas cuyo único delito es pensar diferente. Es un terremoto humano de proporciones bíblicas, que contagia la Cordillera de los Andes, se alza por el Mar Caribe, avanza por el Atlántico con la fuerza de la tradición de nuestra propia emancipación en la Independencia.
Si algo positivo se puede concluir hoy es el despertar del letargo que ha abatido a los venezolanos largo tiempo. Los estantes vacíos de alimentos básicos como la leche, en una generación de infantes que lamentablemente van a sufrir las consecuencias de la deficiente alimentación que reciben, y que esto constituye un crimen grotesco en un país tan rico, ya que ese alimento que dejaron de percibir durante meses tiene efectos irreversibles en su desarrollo y aprendizaje y genera graves secuelas que jamás serán superadas. En este sentido, el régimen ha condenado a una generación para el resto de su vida al desasistir algo tan básico y fundamental como es la alimentación.
Son crímenes de Lesa Humanidad lo que estamos viviendo en Venezuela hoy, la violencia no solo física sino psicológica frente a noches interminables de violencia y asalto de lo más sagrado del ser humano; su vivienda, su hogar, el espacio sagrado que guarda la familia, donde se construyen los sueños e ideales para la vida.
Sigo haciendo un llamado SOS VENEZUELA y documentando lo que acontece en mi país. Nos re-encontramos en tres días.
Abrazos de Corazón y Resistencia Venezuela. Estamos librando nuestra segunda Independencia.
Un análisis profundo e oncontestable sobre la gravedad de la situación nacional. Lo reenviaré a todos, muchas gracias
ResponderEliminarGracias Carmen Cristina, tu opinión es muy importante para mí.....!!! Gracias por compartir..Gran Abrazo.
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ResponderEliminarLO REENVIARE COMO UN GRAN APORTE A NUESTROS VALIENTES JOVENES QUE CON CORAJE Y VALOR HAN SALIDO A DEFENDER NUESTRA PATRIA
ResponderEliminarGracias Nicolás realmente nuestros Estudiantes nos dan un Mensaje Claro y Genuino, son Irreverentes y defienden con nobleza a su Nación que es su Casa, su Hogar, donde construyen sus sueños de Libertad...Apoyo Total a los Valientes Estudiantes Venezolanos, cada uno de ellos es un hijo para mi...
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