sábado, 12 de octubre de 2013

Los Anunnakis en la mitología Sumeria (primera parte)

La mitología sumeria refleja en sus tablillas a Nibiru como el duodécimo planeta que se acerca a la Tierra cada 3600 años. Ingresa al Sistema Solar en sentido contrario a las agujas del reloj. Así mismo, dejan constancia de una raza que habita este planeta que los sumerios llamaron los Anunnaki, de gran desarrollo tecnológico y espiritual, cuya tradición es "de noble estirpe" y "que vinieron del cielo".


Aunque algunos estudiosos no pueden explicar la aparición del Homo Sapiens y de la civilización del hombre del Cro-magnon, al menos no hay dudas, por ahora, en cuanto al lugar de origen de esta civilización: Oriente Próximo. Las tierras altas y las cordilleras que se extienden desde los Montes Zagros, en el este (donde se encuentra ahora la frontera Iran-Irak), pasando por el Monte Ararat y la cadena montañosa del Tauro, en el norte, para bajar hacia el oeste y el sur, por las colinas de Siria, Líbano e Israel, están repletas de cavernas donde se han conservado las evidencias de un hombre más moderno que prehistórico.


Los restos de una familia encontrada en 1957 por Ralph Solecki en una cueva de Shanidar, demostró la vida civilizada en unos 100.000 y 13.000 años antes. Este descubrimiento permitió demostrar que la cultura humana no mostraba ningún progreso, sino una evidente regresión. Entre el 27.000 y el 11.000 a.C, la regresión y la disminución de la población llevaron al punto de la casi extinción de habitantes en la zona. Posteriormente, 11.000 años a.C el hombre pensante volvió a aparecer con un nuevo vigor y con un inexplicable alto nivel cultural.


Estudios genéticos y los descubrimientos arqueológicos no dejan lugar a dudas de que la agricultura comenzó allí donde el hombre pensante había emergido antes con su primera y tosca civilización: Oriente Próximo. De allí se extendió a todo el planeta. La localización del Edén era ciertamente conocida para las generaciones bíblicas. Estaba al Oriente al este de la tierra de Israel. En una tierra regada por cuatro grandes ríos, dos de los cuales eran el Tigris y el Eufrates. El libro del Génesis sitúa el primer huerto en las tierras altas donde tienen su origen estos ríos, en el nordeste de Mesopotamia, en este punto tanto la biblia como la ciencia coinciden.



Los eruditos griegos hablaban de Egipto, pero las fuentes de conocimiento de las que hablaban se encontraban en otro lugar. Las culturas pre-helénicas del Egeo, la cultura minoica de la isla de Creta y la micénica de la Grecia continental, ofrecían evidencias de que había sido una cultura de Oriente Próximo y no la Egipcia, la cultura de donde habían bebido los griegos.



Siria y Anatolia y no Egipto eran las principales avenidas a través de las cuales habían llegado hasta los griegos una civilización aún más antigua. Incluso el alfabeto griego del cual deriva el Latín  proviene de Oriente Próximo. Los historiadores griegos escribieron que un fenicio llamado Cadmo (antiguo), trajo el alfabeto que consta del mismo número de letras y en el mismo orden que el alfabeto hebreo, aquel era el alfabeto que existía cuando tuvo lugar la Batalla de Troya. Más tarde el poeta Simónides elevó el número de letras a 26.



Los contactos de los griegos con Oriente Próximo en el primer milenio a.C, culminaron con la victoria de Alejandro Magno sobre los persas en 331 a.C. Las raíces culturales de los antiguos persas se remontan a los primeros imperios de Babilonia y Asiria, cuyo auge y caída están registrados en el Antiguo Testamento.

Asiria y Babilonia aunque fueron rivales a lo largo de toda su historia, sería difícil destacar diferencias significativas entre ambos. Asiria llamaba a su Dios supremo Assur y Babilonia le llamaba Marduk, sus panteones eran virtualmente iguales. Sus verdaderos tesoros son sus registros escritos, miles y miles de inscripciones en escritura cuneiforme entre las cuales hay los cuentos cosmológicos, poemas épicos, historia de reyes, anotaciones de tiempos, tablas astronómicas, predicciones astrológicas, formulas matemáticas y textos de nombres genealogía, los epítetos, las obras, poderes y deberes de los dioses.


  
En las tablillas hay una nota al final que dice que es una copia de un original más antiguo. Las ruinas de Mesopotamia han aportado evidencias concluyentes de que, realmente, hubo un reino llamado Acad, establecido por un soberano mucho más antiguo que se llamaba a sí mismo Sharrukin (Soberano Justo). En sus inscripciones decía que su imperio se extendía por la gracia de su Dios Enlil, desde el Mar inferior (Golfo Pérsico) hasta el Mar superior (se cree es el Mediterráneo). Y alardeaba que en sus muelles amarraban naves de distantes tierras. Se trataba de un imperio mesopotámico en el tercer milenio a.C, mucho antes de aparecer Asiria y Babilonia.



En sus inscripciones se hablaba de logros y la genealogía de Sargón de Acad. Su título decía Rey de Acad, Rey de Kis, y antes de ascender al trono había sido consejero de los soberanos de Kis. Esto implica un reino aún más antiguo al de Acad. En los versículos bíblicos dice así:

Kus engendró a Nemrod
que fue el primero que se hizo
prepotente en la Tierra
los comienzos de su reino fueron
Babel, Erek y Acad.

Los estudiosos encontraron una relación entre los nombres y su significado no solo en hebreo, y en el Antiguo Testamento, sino en todo Oriente Próximo de la antiguedad. Los nombres de los reyes que precedieron a Sargón de Acad no tenían ningún sentido. Sir Henry Raulinson en 1853 consideró que debían pertenecer a un grupo desconocido de lenguas o pueblos. Si tenían significado desconocían la lengua. Esta lengua desconocida era aplicada en asuntos de los Dioses y los Cielos.



Uno de los mayores descubrimientos tuvo lugar en las ruinas de una biblioteca reunida por Assurbanipal en Nínive, se encontraron 25000 tablillas, muchas eran copias de texto de antaño. Un grupo de 23 tablillas terminaban con la frase Tablilla 23a Lengua de Shumer sin cambiar. Otro texto llevaba una frase del mismo Assurbanipal:

"El Dios de los escribas me ha
concedido el don de conocer
su arte. He sido iniciado en
los secretos de la escritura.
Puedo incluso leer las
intrincadas tablillas en Shumerio
comprendo las enigmáticas
palabras talladas en piedra
de los días antes del Diluvio"

En 1869, Jules Oppert sugirió proclamar su legitimidad como pueblo pre-acadio, tomando el título de Rey de Sumer y Acad, sugirió además se llamara a aquel pueblo sumerios y a su tierra Sumer. Debería haber sido shumerios y no sumerios. En la biblia, libro del Génesis, las ciudades reales de Babilonia, Acad y Erek estaban en tierras de Senaar (Senaar o Shin´ar, es el nombre bíblico de Shumer).

La aparición de los sumerios fue repentina, inesperada, aparecieron de la nada. H. Frankfort la calificó como asombrosa. Pierre Amiet como extraordinaria. A. Parrot la describió como una llama que se encendió de repente. Leo Oppenheim remarcó el asombosamente corto período de tiempo en que apareció esta civilización. Joseph Campbell la resumió de este modo; "De una forma pasmosamente súbita aparece en este pequeño jardín de todo sumerio...todo el sindrome cultural que, desde entonces, constituye la unidad germinal de todas las grandes civilizaciones del mundo"

Continuará...
Abrazos de Corazón apreciados lectores...



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