En noviembre de 2013 tres eventos tendrán lugar en el Cosmos que serán apreciados por la Humanidad, como signo de que más allá de nuestra hermosa Madre Tierra existe un Multiverso desplegado en múltiples dimensiones, con vida inteligente y con eventos sincronizados en espacio tiempo que superan los paradigmas de nuestra ciencia.
Estos eventos como recordatorio de los ciclos entre ciclos que ya nos advertían los profetas en la antiguedad, se corresponden con el retorno de Nibiru, el Duodécimo Planeta de nuestro Sistema Solar, el paso del Cometa Ison y un eclipse híbrido de Sol. En referencia a Nibiru, su mayor vestigio se encuentra en tablillas muy antiguas de una civilización casi perdida de los registros históricos. Desde hace ya casi 100 años producto de numerosos descubrimientos arqueológicos y su extensa producción pictográfica, ha sido posible reconstruir información valiosa sobre Sumer (Shumer) y los Sumerios (Shumerios).
Sobre el Cometa ISON mucho se ha publicado en Internet vídeos y fotografías cautivan a los internautas en su afán de comprender los misterios del universo y sus propias incógnitas; ¿Cuál es nuestro origen? ¿ Cuál es el propósito de nuestra existencia? ¿ Cómo nos afectan los ciclos cósmicos?, e innumerables preguntas que nos hacemos en tiempos de grandes transformaciones en todos los ámbitos de nuestra existencia terrenal y espiritual. Este cometa ha despertado gran interés al catalogarlo como el cometa del siglo, ya que podría alcanzar gran luminosidad y dejar verse a simple vista incluida su extraordinaria cola. Los cometas son impredecibles, y éste en particular no escapa de la excepción, tendrá su prueba de fuego al acercarse al Sol y girar en torno a él. Cuanto mayor sea su ritmo de sublimación (pasar de hielo a gas), más activo será el cometa y liberará mayor cantidad de material al espacio. Al acercarse al Sol desprenderá mayor cantidad de material por lo que será más brillante. Además, algunas fotografías indican la presencia de dos objetos que circulan alrededor de ISON, aun esta información no se ha confirmado, pero la incógnita sigue presente entre astrónomos y aficionados, por lo que tendremos que esperar hasta noviembre para contar con mayor información al respecto.
El cometa ISON alcanza perihelio (el punto más cercano en su órbita al Sol) el 28 de noviembre, cuando además tendrá su máximo brillo, y quizás sea visible en el día. Si el cometa sobrevive a su perihelio, oscilará alrededor del Sol y aparecerá tanto como un objeto tanto en la madrugada como también en la tarde en el Hemisferio Norte. Desde el Hemisferio Sur se pondrá antes del Sol en la tarde y aparecerá con el Sol en la mañana. Para el 10 de diciembre, si todo marcha bien, pudiera ser un hermoso espectáculo en el cielo de la mañana muy temprano desde el Hemisferio Norte. En los cielos oscuros podrá observarse su cola larga que se estira derecha hasta el horizonte del este, desde la Constelación de Ofiocus hasta la Osa Mayor. También en la tarde, será visible su cola más en angulo y cercana al horizonte.
El tercer evento a considerar en este artículo, es referido al eclipse híbrido de Sol del próximo 3 de noviembre del año en curso, la dualidad se produce cuando el vértice de la sombra umbral de la Luna atraviesa la superficie de la Tierra, en algunos secciones de la ruta pero no alcanza en otros lugares de la ruta. Es un fenómeno poco común, que se contempla Total o Anular de acuerdo al lugar desde el cual se le observe. Los eclipses representan un cambio en el flujo de la energía, en este caso sus dos actores principales son el Sol y la Luna con efecto directo sobre la Tierra dada su posición entre ambos cuerpos celestes, además de recordar que el Sol es dador de vida, y la Luna acompaña los cielos nocturnos con efectos sobre las mareas y el inconsciente que fulgura a su antojo cuando dormimos.
Este eclipse será en Escorpio, un signo para transmutar y evolucionar. Escorpio es un signo de agua, profundo, intuitivo e intenso. Las emociones salen a la superficie, el abismo de las sombras, aquello oculto que se muestra para su transformación. Si revisamos los tres eventos encontramos que el retorno de Nibiru configura un secreto revelado, ya que su órbita de acuerdo a los textos antiguos es de 3600 años terrestres, y existe mucha controversia entre aquellos que se dedican a desenterrar estos tesoros y darles una explicación a los símbolos que acompañan las excavaciones de templos, tablillas y esculturas antiguas. Según la teoría de los antiguos astronautas, defendida por Zecharia Sitchin, quien dedicó más de 30 años al estudio de los sumerios, consideraba que la información dejada en las tablillas hablaba del Duodécimo Planeta del Sistema Solar, habitado por los nefilim cuyo avance tecnológico hace 480.000 años les permitió viajar por el espacio hasta llegar a nuestro planeta Tierra y contribuir de forma significativa en el desarrollo de la primera civilización de la humanidad, los sumerios.
Sitchin murió en octubre del 2010, su último deseo fue comparar el ADN de la Reina Puabi cuyos restos reposan en el Museo de Historia Natural de Londres, con el ADN humano. Estaba convencido de que si comparaban el ADN de esta Reina sumeria con el ADN humano era posible encontrar respuestas en cuanto a los genes que deliberadamente no nos dieron los nefilim al experimentar genéticamente para crear al hombre.
Los restos de la Reina Puabi fueron encontrados en una tumba entre los años 1920 a 1930 en territorio que hoy pertenece a Irak. Expertos forenses determinaron que tenía aproximadamente 40 años cuando murió, y que pertenece a la primera dinastía de Ur. Sitchin la catalogó como una Nin, término sumerio que significa Diosa. Para él, la Reina Paubi era una semidiosa relacionada genéticamente con los nefilim, visitantes del Duodécimo Planeta. Lamentablemente, Sitchin murió sin ver su sueño realizado, y hasta la fecha el Museo de Londres no ha dado aun la autorización para realizar dicho estudio de ADN.
El Duodécimo planeta hoy conocido como Nibiru, y los nefilim también llamados Anunnakis "Los que del Cielo vinieron", corresponde a un hecho trascendente que de comprobarse cambiaría toda nuestra concepción de la Ciencia y Sabiduría. Sitchin defendía su posición con fundamento en miles de transcripciones a infinidad de tablillas sumerias, acadias y babilónicas. Evidentemente, dentro de los tres fenómenos que presento a consideración de mis lectores, Nibiru tiene un especial lugar, ya que rompe el paradigma de la física en cuanto al origen del Sistema Solar, de la Tierra y de la Humanidad.
Sin embargo, la confluencia del eclipse, el cometa y Nibiru en noviembre representa una extraordinaria combinación de energía, de revelación de mitos que tienen un origen histórico, complementado por la Constelación de Escorpio-Tauro, como ángulo celeste de retorno del planeta y cometa, así como la aclaratoria de que Nibiru se comporta como un cometa en su órbita elíptica que le permite estar sujeto al Sol como centro de gravedad, tiene un apogeo (el punto más distante al Sol), desde donde comienza el camino de vuelta, y un perigeo (el punto más cercano al Sol), donde comienza su retorno al espacio exterior.
Los textos sumerios dicen que el planeta iba de AN.UR (la base del cielo) a E.NUN (la morada elevada). Una morada era así prominente en las regiones profundas del espacio. La otra estaba en el Cielo dentro del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Los Hopi, en sus tradiciones hablan de la Katchina azul y la Katchina roja, según esta historia; "...en los días finales veremos hacia el cielo y seremos testigos del regreso de los dos hermanos que ayudaron a crear este mundo en el tiempo del nacimiento. Poganghoya es el guardian de nuestro Polo Norte, y su hermano Palongawhoya es el guardian del Polo Sur. En los días finales, la Estrella Katchina Azul vendrá a estarse con sus sobrinos y ellos regresarían a la Tierra a su rotación natural, la cual es contra las agujas del reloj.Nan ga sohu será el despertador que nos diga del Nuevo día y de la Nueva manera de vida, el nuevo mundo que está viniendo. Aquí es donde comenzarán los cambios. Comenzarán como fuego que arderá dentro de nosotros, y nosotros arderemos con deseo y conflicto si no recordamos las enseñanzas originales, y volvemos a las maneras pacíficas de vida..."
"...No muy lejos detrás de los mellizos vendrá el Purificador, la Katchina roja, que traerá el día de la Purificación. En este día la Tierra, sus criaturas y toda la vida tal y como la conocemos cambiará para siempre. Habrá mensajeros que precederán esta venida del Purificador. Ellos dejarán mensajes para aquellos que recuerden las Viejas maneras..."
Es interesante observar la sincronicidad de estos relatos de los Hopi, con al Cometa Ison y Nibiru. La estela del cometa le da una coloración azul, aunque en las últimas fotografías a cambiado a verde. En el caso de Nibiru, los relatos sumerios la dan el signo de cruz o un Sol destellando fuego. Nibiru también es reconocido como un gran viajero en los cielos, remontando el vuelo hasta las inmensas alturas de su apogeo, para después bajar "curvándose en el cielo" de su perigeo. Se representó al planeta como un globo alado.
La convicción de que el Duodécimo Planeta, "el planeta de los dioses" seguía dentro del Sistema Solar, y que su gran órbita volvía a pasar por las cercanías de la Tierra, era el punto central de las creencias religiosas y de la astronomía del mundo antiguo. El signo pictográfico del planeta era una "cruz" este símbolo cuneiforme también significa ANU y Divino, evolucionó en las lenguas semitas hasta la letra TAV que significaba "la señal". Y, ciertamente todos los pueblos del mundo antiguo consideraban la aparición o aproximación periódica del Duodécimo planeta como una señal de grandes cambios y nuevas eras. Los textos hablan de la aparición del planeta como un acontecimiento anticipado, predecible y observable.
R. Campbell Thompson (Reports of the magicians and astronomers of Nineveh and Babylon), reprodujo varios textos que describen el avance del planeta mientras bordeaba la posición de Júpiter y llegaba al punto de cruce de Nibiru:
"Si, desde la posición de Júpiter
el Planeta pasa hacia el oeste,
habrá un tiempo para morar en la seguridad,
La amable paz descenderá sobre la Tierra.
Si, desde la posición de Júpiter,
el Planeta aumenta de brillo
y en el zodiaco de Cáncer
se convierte en Nibiru,
Acad se desbordará en plenitud,
el Rey Acad crecerá poderoso.
Si, Nibiru culmina
las tierras habitarán con seguridad,
los reyes hostiles estarán en paz,
los dioses recibirán las oraciones,
y atenderán las súplicas."
No obstante, se esperaba que la aproximación del planeta provocara fuertes lluvias e inundaciones debido a los fuertes efectos gravitatorios.
" Cuando el Planeta del trono del Cielo,
crezca en brillo,
habrá inundaciones y lluvias.
Cuando Nibiru alcance su perigeo
los dioses darán la paz,
se resolverán los problemas,
las complicaciones se aclararán,
lluvias e inundaciones vendrán."
Los profetas hebreos consideraban el tiempo de aproximación del planeta a la Tierra y el que se hiciera visible a la humanidad como el preludio de una nueva era. Las similitudes entre los augurios mesopotámicos de paz y prosperidad que debían acompañar al planeta del trono del Cielo, y las profecías bíblicas de paz y justicia que establecerían en la Tierra después del Día del Señor, se observan en Isaías:
"...y sucederá en el fin de los días, el Señor juzgará entre las naciones y reprobará a muchos pueblos. Ellos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas, no levantarán espada nación contra nación..."
Más adelante Isaías describe:
"...De tierras lejanas vienen
desde el confín del Cielo
el Señor y sus armas de la ira
vienen a destruir toda la Tierra.
Por eso haré temblar el Cielo,
y se moverá la Tierra de su lugar
cuando Cruce el Señor de los Ejércitos
el día de su ardiente cólera..."
Estos eventos como recordatorio de los ciclos entre ciclos que ya nos advertían los profetas en la antiguedad, se corresponden con el retorno de Nibiru, el Duodécimo Planeta de nuestro Sistema Solar, el paso del Cometa Ison y un eclipse híbrido de Sol. En referencia a Nibiru, su mayor vestigio se encuentra en tablillas muy antiguas de una civilización casi perdida de los registros históricos. Desde hace ya casi 100 años producto de numerosos descubrimientos arqueológicos y su extensa producción pictográfica, ha sido posible reconstruir información valiosa sobre Sumer (Shumer) y los Sumerios (Shumerios).
Sobre el Cometa ISON mucho se ha publicado en Internet vídeos y fotografías cautivan a los internautas en su afán de comprender los misterios del universo y sus propias incógnitas; ¿Cuál es nuestro origen? ¿ Cuál es el propósito de nuestra existencia? ¿ Cómo nos afectan los ciclos cósmicos?, e innumerables preguntas que nos hacemos en tiempos de grandes transformaciones en todos los ámbitos de nuestra existencia terrenal y espiritual. Este cometa ha despertado gran interés al catalogarlo como el cometa del siglo, ya que podría alcanzar gran luminosidad y dejar verse a simple vista incluida su extraordinaria cola. Los cometas son impredecibles, y éste en particular no escapa de la excepción, tendrá su prueba de fuego al acercarse al Sol y girar en torno a él. Cuanto mayor sea su ritmo de sublimación (pasar de hielo a gas), más activo será el cometa y liberará mayor cantidad de material al espacio. Al acercarse al Sol desprenderá mayor cantidad de material por lo que será más brillante. Además, algunas fotografías indican la presencia de dos objetos que circulan alrededor de ISON, aun esta información no se ha confirmado, pero la incógnita sigue presente entre astrónomos y aficionados, por lo que tendremos que esperar hasta noviembre para contar con mayor información al respecto.
El cometa ISON alcanza perihelio (el punto más cercano en su órbita al Sol) el 28 de noviembre, cuando además tendrá su máximo brillo, y quizás sea visible en el día. Si el cometa sobrevive a su perihelio, oscilará alrededor del Sol y aparecerá tanto como un objeto tanto en la madrugada como también en la tarde en el Hemisferio Norte. Desde el Hemisferio Sur se pondrá antes del Sol en la tarde y aparecerá con el Sol en la mañana. Para el 10 de diciembre, si todo marcha bien, pudiera ser un hermoso espectáculo en el cielo de la mañana muy temprano desde el Hemisferio Norte. En los cielos oscuros podrá observarse su cola larga que se estira derecha hasta el horizonte del este, desde la Constelación de Ofiocus hasta la Osa Mayor. También en la tarde, será visible su cola más en angulo y cercana al horizonte.
El tercer evento a considerar en este artículo, es referido al eclipse híbrido de Sol del próximo 3 de noviembre del año en curso, la dualidad se produce cuando el vértice de la sombra umbral de la Luna atraviesa la superficie de la Tierra, en algunos secciones de la ruta pero no alcanza en otros lugares de la ruta. Es un fenómeno poco común, que se contempla Total o Anular de acuerdo al lugar desde el cual se le observe. Los eclipses representan un cambio en el flujo de la energía, en este caso sus dos actores principales son el Sol y la Luna con efecto directo sobre la Tierra dada su posición entre ambos cuerpos celestes, además de recordar que el Sol es dador de vida, y la Luna acompaña los cielos nocturnos con efectos sobre las mareas y el inconsciente que fulgura a su antojo cuando dormimos.
Este eclipse será en Escorpio, un signo para transmutar y evolucionar. Escorpio es un signo de agua, profundo, intuitivo e intenso. Las emociones salen a la superficie, el abismo de las sombras, aquello oculto que se muestra para su transformación. Si revisamos los tres eventos encontramos que el retorno de Nibiru configura un secreto revelado, ya que su órbita de acuerdo a los textos antiguos es de 3600 años terrestres, y existe mucha controversia entre aquellos que se dedican a desenterrar estos tesoros y darles una explicación a los símbolos que acompañan las excavaciones de templos, tablillas y esculturas antiguas. Según la teoría de los antiguos astronautas, defendida por Zecharia Sitchin, quien dedicó más de 30 años al estudio de los sumerios, consideraba que la información dejada en las tablillas hablaba del Duodécimo Planeta del Sistema Solar, habitado por los nefilim cuyo avance tecnológico hace 480.000 años les permitió viajar por el espacio hasta llegar a nuestro planeta Tierra y contribuir de forma significativa en el desarrollo de la primera civilización de la humanidad, los sumerios.
Sitchin murió en octubre del 2010, su último deseo fue comparar el ADN de la Reina Puabi cuyos restos reposan en el Museo de Historia Natural de Londres, con el ADN humano. Estaba convencido de que si comparaban el ADN de esta Reina sumeria con el ADN humano era posible encontrar respuestas en cuanto a los genes que deliberadamente no nos dieron los nefilim al experimentar genéticamente para crear al hombre.
Los restos de la Reina Puabi fueron encontrados en una tumba entre los años 1920 a 1930 en territorio que hoy pertenece a Irak. Expertos forenses determinaron que tenía aproximadamente 40 años cuando murió, y que pertenece a la primera dinastía de Ur. Sitchin la catalogó como una Nin, término sumerio que significa Diosa. Para él, la Reina Paubi era una semidiosa relacionada genéticamente con los nefilim, visitantes del Duodécimo Planeta. Lamentablemente, Sitchin murió sin ver su sueño realizado, y hasta la fecha el Museo de Londres no ha dado aun la autorización para realizar dicho estudio de ADN.
El Duodécimo planeta hoy conocido como Nibiru, y los nefilim también llamados Anunnakis "Los que del Cielo vinieron", corresponde a un hecho trascendente que de comprobarse cambiaría toda nuestra concepción de la Ciencia y Sabiduría. Sitchin defendía su posición con fundamento en miles de transcripciones a infinidad de tablillas sumerias, acadias y babilónicas. Evidentemente, dentro de los tres fenómenos que presento a consideración de mis lectores, Nibiru tiene un especial lugar, ya que rompe el paradigma de la física en cuanto al origen del Sistema Solar, de la Tierra y de la Humanidad.
Los textos sumerios dicen que el planeta iba de AN.UR (la base del cielo) a E.NUN (la morada elevada). Una morada era así prominente en las regiones profundas del espacio. La otra estaba en el Cielo dentro del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Los Hopi, en sus tradiciones hablan de la Katchina azul y la Katchina roja, según esta historia; "...en los días finales veremos hacia el cielo y seremos testigos del regreso de los dos hermanos que ayudaron a crear este mundo en el tiempo del nacimiento. Poganghoya es el guardian de nuestro Polo Norte, y su hermano Palongawhoya es el guardian del Polo Sur. En los días finales, la Estrella Katchina Azul vendrá a estarse con sus sobrinos y ellos regresarían a la Tierra a su rotación natural, la cual es contra las agujas del reloj.Nan ga sohu será el despertador que nos diga del Nuevo día y de la Nueva manera de vida, el nuevo mundo que está viniendo. Aquí es donde comenzarán los cambios. Comenzarán como fuego que arderá dentro de nosotros, y nosotros arderemos con deseo y conflicto si no recordamos las enseñanzas originales, y volvemos a las maneras pacíficas de vida..."
"...No muy lejos detrás de los mellizos vendrá el Purificador, la Katchina roja, que traerá el día de la Purificación. En este día la Tierra, sus criaturas y toda la vida tal y como la conocemos cambiará para siempre. Habrá mensajeros que precederán esta venida del Purificador. Ellos dejarán mensajes para aquellos que recuerden las Viejas maneras..."
Es interesante observar la sincronicidad de estos relatos de los Hopi, con al Cometa Ison y Nibiru. La estela del cometa le da una coloración azul, aunque en las últimas fotografías a cambiado a verde. En el caso de Nibiru, los relatos sumerios la dan el signo de cruz o un Sol destellando fuego. Nibiru también es reconocido como un gran viajero en los cielos, remontando el vuelo hasta las inmensas alturas de su apogeo, para después bajar "curvándose en el cielo" de su perigeo. Se representó al planeta como un globo alado.
La convicción de que el Duodécimo Planeta, "el planeta de los dioses" seguía dentro del Sistema Solar, y que su gran órbita volvía a pasar por las cercanías de la Tierra, era el punto central de las creencias religiosas y de la astronomía del mundo antiguo. El signo pictográfico del planeta era una "cruz" este símbolo cuneiforme también significa ANU y Divino, evolucionó en las lenguas semitas hasta la letra TAV que significaba "la señal". Y, ciertamente todos los pueblos del mundo antiguo consideraban la aparición o aproximación periódica del Duodécimo planeta como una señal de grandes cambios y nuevas eras. Los textos hablan de la aparición del planeta como un acontecimiento anticipado, predecible y observable.
R. Campbell Thompson (Reports of the magicians and astronomers of Nineveh and Babylon), reprodujo varios textos que describen el avance del planeta mientras bordeaba la posición de Júpiter y llegaba al punto de cruce de Nibiru:
"Si, desde la posición de Júpiter
el Planeta pasa hacia el oeste,
habrá un tiempo para morar en la seguridad,
La amable paz descenderá sobre la Tierra.
Si, desde la posición de Júpiter,
el Planeta aumenta de brillo
y en el zodiaco de Cáncer
se convierte en Nibiru,
Acad se desbordará en plenitud,
el Rey Acad crecerá poderoso.
Si, Nibiru culmina
las tierras habitarán con seguridad,
los reyes hostiles estarán en paz,
los dioses recibirán las oraciones,
y atenderán las súplicas."
No obstante, se esperaba que la aproximación del planeta provocara fuertes lluvias e inundaciones debido a los fuertes efectos gravitatorios.
" Cuando el Planeta del trono del Cielo,
crezca en brillo,
habrá inundaciones y lluvias.
Cuando Nibiru alcance su perigeo
los dioses darán la paz,
se resolverán los problemas,
las complicaciones se aclararán,
lluvias e inundaciones vendrán."
Los profetas hebreos consideraban el tiempo de aproximación del planeta a la Tierra y el que se hiciera visible a la humanidad como el preludio de una nueva era. Las similitudes entre los augurios mesopotámicos de paz y prosperidad que debían acompañar al planeta del trono del Cielo, y las profecías bíblicas de paz y justicia que establecerían en la Tierra después del Día del Señor, se observan en Isaías:
"...y sucederá en el fin de los días, el Señor juzgará entre las naciones y reprobará a muchos pueblos. Ellos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas, no levantarán espada nación contra nación..."
Más adelante Isaías describe:
"...De tierras lejanas vienen
desde el confín del Cielo
el Señor y sus armas de la ira
vienen a destruir toda la Tierra.
Por eso haré temblar el Cielo,
y se moverá la Tierra de su lugar
cuando Cruce el Señor de los Ejércitos
el día de su ardiente cólera..."
Los textos mesopotámicos ensalzaban el fulgor del planeta y sugieren que se puede ver incluso de día "visible al amanecer desapareciendo de la vista con el ocaso". Incluso sugieren su trayectoria, señalan que entra desde el Sur y se mueve en sentido a las agujas del reloj.
Existen tres puntos cruciales para la observación de Nibiru desde la Tierra; la primera cuando se alinea con Mercurio en un ángulo de 30º con respecto al imaginario entre el Sol, Tierra, perigeo. De allí da la impresión de ascender más en los Cielos terrestres (otros 30º) y el planeta cruza la órbita de Júpiter. Por ultimo, llegado al lugar de la batalla celeste, el perigeo o lugar del cruce el planeta es Nibiru, el punto más cercano a la órbita terrestre.
El período orbital de Nibiru es de 3600 años, el número se escribía en sumerio como un 0, un gran círculo. El epíteto del planeta -shar- (soberano supremo), tenía también el significado de un círculo perfecto, un círculo completo. Apolodoro de Atenas hablaba de las revelaciones prehistóricas de Beroso (erudito, sacerdote y astrónomo babilonio), decía; 10 soberanos reinaron un total de 120 shar´s (432.000) años antes del Diluvio, el reinado de cada uno de ellos se midió en 3600 años de las unidades shar.
Con la llegada de la Sumerología, los textos antiguos a los que se refería Beroso se encontraron y se descifraron, la tradición de los 10 reyes antediluvianos que gobernaron la Tierra desde los tiempos en que "el reino fue bajado del cielo" y hasta que "el Diluvio barrió la Tierra" fue confirmado en su totalidad. Si estos soberanos eran nefilim que habían venido del Duodécimo planeta a la Tierra, su período estaba acorde con la órbita del referido planeta (3600 años) los cuales se prolongaban desde el momento del aterrizaje hasta el despegue, los cuales estaban en relación al acercamiento del planeta con la Tierra, medidos en shar´s. 3600 años de los nefilim en su Duodécimo planeta corresponde a un año para ellos, lo que tarda en dar una vuelta completa al Sol.
La marcha de la humanidad hacia la civilización -a través de la intervención de los nefilim- pasó por tres etapas, separadas por períodos de 3600 años; el período Neolítico (alrededor del 11000 a.C), la fase de la alfarería alrededor del 7400 a.C, y la repentina civilización sumeria (alrededor del 3800 a.C. No resulta improbable, por tanto, que los nefilim revisarán periódicamente (y tomarán resolución de continuar) el progreso de la humanidad, dado que podían reunirse cada vez que el planeta se acercara a la Tierra.
Estamos en un momento de acercamiento de Nibiru a nuestro planeta Tierra, ha completado una vuelta de 3600 años terrestres, pero que significa para los nefilim o Anunnakis un shar (un año). Dados los registros descifrados, es evidente el adelanto de esta civilización con respecto a la humanidad, ya hace 438.000 años eran capaces de viajar por el espacio en sus propias naves, tal y como ahora nosotros lo hacemos en misiones tripuladas hasta la Luna, y misiones robóticas que ya han trascendido el borde del Sistema Solar, adentrándose al espacio interdimensional como es el caso de las Voyager.
Este re-encuentro significa un cambio de paradigma para la humanidad, hasta ahora hemos creído que estamos solos en el Universo con la sensación de que todo gira en base a nuestros propios descubrimientos, tecnología, creencias o valores. Existe una realidad dual cuando hablamos de Cielo y Tierra, como algo separado aunque son la misma esencia. La Tierra es parte del Sistema Solar, pero además el Sistema es parte de la galaxia, la Vía Láctea, donde existen millones de galaxias y millones de estrellas dadoras de vida.
La atención del movimiento eterno de los cuerpos celestes era parte de la cultura mesopótamica, heredado quizás por los soberanos antediluvianos de los cuales hablan las tablillas. Estamos ahora a punto de cruzar el signo de los tiempos, para un re-encuentro anticipado, programado y predecible preservado en copias y copias de las tablillas originales, como una necesidad sumaria de los antiguos para las nuevas generaciones.
Escorpio, uno de los signos asociados a los cuatro jinetes del Apocalipsis abre compuertas al mundo macrocósmico y microcósmico, en su estela invita a seguir con atención los Cielos y la Tierra en unidad inalterable y armónica para el Ser Humano. El eclipse híbrido de Sol, el cometa ISON y Nibiru serán eventos que todos podremos contemplar a partir de noviembre, y de los cuales cada uno de los habitantes de la Madre Tierra debe encontrar su puente en plena Consciencia, así como la Sabiduría en la compresión del cruce de los tiempos.
En próximo artículo profundizaré en la cosmología sumeria remontándonos más atrás en el espacio tiempo para revisar desde la "Epopeya de la Creación" cuando la Tierra iniciaba su formación, así como la conexión con el Antiguo Testamento, y otros relatos de antiguas civilizaciones en América y Oriente Próximo. Abrazos de Corazón apreciados lectores.
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