Los símbolos celestes del número 7 y el creciente es una constante en las representaciones sumerias, quizás relacionado con Anu flanqueado por Enlil y Enki. Otra representación, la de una deidad que extiende sus rayos a 11 cuerpos celestes más pequeños que le circulan. Es la representación de un Sol y 11 planetas, pero el Sistema Solar esta formado por el Sol, la Tierra, y la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. En total, el Sol y 10 planetas (contando la Luna como un planeta).
Pero los sumerios contaban el Sol y 11 planetas (contando la Luna) y tenían firmemente la opinión de que además de los planetas que conocemos hoy en día, había un duodécimo planeta del Sistema Solar, el planeta madre de los nefilim.
Hoy sabemos que más allá de los planetas gigantes Júpiter y Saturno, existen dos planetas importantes (Urano y Neptuno) y un tercero más pequeño (Plutón) que petenecen a nuestro Sistema Solar. Urano fue descubierto en 1781, mientras que Neptuno en 1846. A finales del siglo XIX observaron que Neptuno se veía influenciado por otra atracción gravitatoria, resolviendo el misterio en 1930 con la localización de Plutón.
El historiador Diodero Sículo en el siglo I a.C, confirmó la exactitud de la astronomía mesopotámica y afirmó que los caldeos dieron nombre a los planetas, en el centro del sistema estaba el Sol, la luz más grande de la cual los planetas eran los descendientes reflejando la posición y brillo del Sol.
Durante generaciones por todo el mundo antiguo, el nombre "caldeo" fue sinónimo de "observadores de estrellas", de astrónomos. El Antiguo Testamento está repleto de información astronómica, José se comparaba a sí mismo y sus hermanos con 12 cuerpos celestes. Los "observadores de las estrellas" estaban interesados en el destino de la Tierra, de su soberano y su gente desde un punto de vista nacional, al contrario de ahora que la astrología se preocupa más del destino individual como el horóscopo.
Estaban familiarizados con conceptos como "estrellas fijas y planetas errantes, cometas, meteoritos y otros fenómenos celestes, así como predecir eclipses". Los astrónomos caldeos seguían las fórmulas y tradiciones prescritas de Sumer. El principal calendario de Nippur, sede y centro de Enlil fue fuente de inspiración al calendario actual. Los sumerios consideraban que el Año Nuevo iniciaba justo cuando el Sol cruzaba el Equinoccio de Primavera. Tenían un término DUB, que significa en astronomía "circunsferencia del mundo" de 360º, en relación a la cual hablaban ellos de la curvatura o arco de los cielos.
Para sus cálculos astronómicos y matemáticos, crearon el AN.UR un "horizonte celeste" imaginario para calcular el orto y el ocaso de los cuerpos celestes. Perpendicularmente a ese horizonte extendieron una línea vertical imaginaria el NU.BU.SAR.DA con su ayuda obtenían el cenit al que llamaron AN.PA. Para la latitud del Solsticio de Verano le llamaban AN.BIL (punto igneo de los cielos).
Los escribas de la principal serie astronómica que los Babilonios llamaban "El Día del Señor", declaran haberla copiado de una tablilla sumeria en la época de Sargón de Acad, en el tercer milenio antes de Cristo, contiene una clasificación de constelaciones entre las que están la Osa Mayor, el Dragón, Lira, Cisne y Cefeo y el triángulo de los cielos septentrionales, Orión, Can Mayor, Hidra, el Cuervo y el Centauro en los cielos meridionales y la familia de constelaciones zodiacales en la banda celeste central.
En 1925 la comunidad científica decide dividir los cielos tal y como se ven desde la Tierra en tres regiones; septentrional, central y meridional, y agrupar las constelaciones en ellos en 82 constelaciones. Nada nuevo el descubrimiento, ya que los sumerios habían sido los primeros en dividir los cielos en tres caminos, camino septentrional que llevó el nombre de Enlil, el meridional que lleva el nombre de Ea y la banda del centro que fue el "camino de Anu" y las constelaciones. La banda central de hoy se corresponde con el camino de Anu que los sumerios dividieron en doce casas para agrupar las estrellas.
En la antigua mesopotamia, los secretos del conocimiento celeste se guardaban, se estudiaban y se transmitían a través de una casta de sacerdotes astrónomos. Los astrónomos griegos adaptaron a su lengua y a su mitología una astronomía ya construida por los sumerios. La palabra zodíaco proviene del griego Kyklos (círculo animal) debido a que el diseño del grupo de estrellas se asemejan en su forma a animales. Pero estos nombres y formas imaginarias se originaron realmente en Sumer, a las doce constelaciones se les llamó UL.VE (rebaño brillante).
1. GU.AN.NA (toro celeste) Tauro
2. MASH.TAB.BA (gemelos) Géminis
3. OUB (pinzas tenazas) Cáncer
4. UR.GU.LA (león) Leo
5. AB.SIN (el padre de ella era Sin) Virgo
6. ZI.BA.AN.NA (destino celeste) Libra
7. GIA.TAB (lo que pinza y corta) Escorpión
8. PA.BIL (defensor) Sagitario
9. SUHUR.MASH (pez cabra) Capricornio
10. GU (señor de las aguas) Acuario
11. SIM.MAH (peces) Piscis
12. KU.MAL (morador del campo) Aries
La precesión es un fenómeno que viene dado por el bamboleo del eje norte-sur de la Tierra, y que lleva a que el Polo Norte (el que apunta a la Estrella Polar) y el Polo Sur tracen un gran círculo en los cielos. El aparente retardo de la Tierra contra las constelaciones de estrellas suma alrededor de 55 segundos de arco por año, o un grado cada 72 años. El gran círculo "el tiempo que le lleva al Polo Norte terrestre volver a apuntar a la Estrella Polar emplea por lo tanto 25920 años (72x360) y esto es lo que los astrónomos llaman el Gran Año Platónico (Platón sabía de éste fenómeno).
Este retardo, termina por retardar todo un signo zodiacal cada 2160 años. Nuestros astrónomos continúan empleando el punto 0 (el primer punto de Aries) que marcó el Equinoccio de Primavera alrededor del año 900 a.C., punto que se encuentra ahora bien entrado en la casa de Piscis. En 2100 d.C. el equinoccio comenzará a ocupar la casa precedente que es Acuario. Es lo que significa la nueva era de Acuario.
Los sumerios dejaron suficientes evidencias gráficas sobre la precesión de los Equinoccios. El profesor Jeremías (The old testament in the light of Ancient East), encontró evidencias que demostraron que el punto 0 cronológico zodiacal sumerio se puso precisamente entre el Toro y los Gemelos, ya que el zodiaco se trazó en la era de Géminis (Gemelos) es decir, aun antes de la civilización sumeria.
Este retardo, termina por retardar todo un signo zodiacal cada 2160 años. Nuestros astrónomos continúan empleando el punto 0 (el primer punto de Aries) que marcó el Equinoccio de Primavera alrededor del año 900 a.C., punto que se encuentra ahora bien entrado en la casa de Piscis. En 2100 d.C. el equinoccio comenzará a ocupar la casa precedente que es Acuario. Es lo que significa la nueva era de Acuario.
Los sumerios dejaron suficientes evidencias gráficas sobre la precesión de los Equinoccios. El profesor Jeremías (The old testament in the light of Ancient East), encontró evidencias que demostraron que el punto 0 cronológico zodiacal sumerio se puso precisamente entre el Toro y los Gemelos, ya que el zodiaco se trazó en la era de Géminis (Gemelos) es decir, aun antes de la civilización sumeria.
Los nefilim disponían de ese conocimiento y precisaban de tan exactas medidas. Capaces de hacer viajes espaciales, después de llegar a la Tierra desde otro planeta, los nefilim eran los únicos que podían poseer en los albores de la civilización humana, los sofisticados métodos, las matemáticas y los conceptos de una astronomía avanzada, así como la necesidad de enseñar a los escribas humanos a copiar y registrar meticulosamente tablas y más tablas de distancias en los cielos, ordenes de las estrellas , ortos y ocasos helíacos, un complejo calendario solar-lunar terrestre y el resto de conocimientos notables tanto del Cielo como de la Tierra.
Los planetas de los que se habla en el entramado de los textos astronómicos trataban de MUL.MUL, que según los estudiosos de los sumerios, señalan que se refiere a las Pléyades, un grupo de estrellas de la constelación de Tauro y el único por el que pasa el Equinoccio de Primavera (tal y como se veía desde Babilonia) en 2200 a.C. Los textos mesopotámicos dicen que MUL.MUL estaba compuesto por 7 LU.MASH (7 errantes familia) se trataba de los miembros de las Pléyades visible al ojo desnudo.
Sin embargo, estudios posteriores demuestran que se referían a 7 errantes planetas y al Sol y la Luna y que MUL.MUL-shu12 era un grupo de 12 de los cuales 10 formaban un grupo diferenciado. MUL.MUL se refería al Sistema Solar para indicar al grupo como una totalidad como cuerpo celeste que comprende cuerpos celestes.
El gran círculo de los dioses sumerios y por tanto, de los dioses Olímpicos estaba compuesto por 12 miembros; los dioses jóvenes solo podían entrar en ese círculo si se retiraban los dioses más viejos. Los nefilim no sólo informaron a los antiguos sacerdotes-astrónomos de la existencia de los planetas más allá de Saturno, sino también de la existencia del planeta más importante aquel del cual vinieron: el Duodécimo planeta o Nibiru.
Una lista de reyes sumerios conocida como el texto W-B/144, documenta los reinados divinos en 5 asentamientos o "ciudades". La primera Eridú, con dos soberanos, el texto prefija ambos nombres con "A" que significa progenitor. El reino se transfirió después a otras sedes de gobierno donde los soberanos recibieron el nombre de EN o "señor" (y en un caso, el título divino de dirigir).
"Dejó Eridú
su reino se llevó a Bad-Tibira
En Bad-Tibira
EN.MEN LU.AN.NA gobernó 43.200 años
EN.MEN.GAL.AN.NA gobernó 28.800 años
El divino DU.MU.ZI Pastor, gobernó 36.000 años
Tres reyes lo gobernaron durante 108.000 años."
Después Larak y Sippar, así como sus divinos soberanos, y por último la ciudad de Shuruppak, donde un humano por parentesco divino fue rey. Estos soberanos eran nefilim que vinieron del Duodécimo planeta a la Tierra. El Génesis 6 en su versículo 3 dice; "cuando su edad era de 120 años", no al hombre ni a la Tierra, sino de los poderosos, "el pueblo de los cohetes" los nefilim, y su año shar¨s 3600 años terrestres.120 shar¨s equivale a 432.000 años terrestres, entre la llegada de los nefilim y el Diluvio, entonces el Génesis 6 adquiere más sentido.
La afirmación de Gudea, rey de Lagash de que el "7 celeste es 50", cuerpo celeste que es "7" simboliza al dios que es "cincuenta". El dios Enlil cuyo rango es 50 tenía su homólogo celeste en el séptimo planeta. En los textos antiguos cuando los dioses llegaron a la Tierra, Anu se quedó en el Duodécimo planeta y sus dos hijos que habían bajado a la Tierra echaron suertes. A EA se le dio la "soberanía de lo profundo" y a Enlil "la Tierra se le dio para sus dominios". La respuesta al enigma adquiere trascendencia. El planeta de Enlil era la Tierra. Para los nefilim la Tierra era el séptimo planeta.
Para alguien que se acerca a nuestro Sistema Solar desde el exterior, el primer planeta que encontraría sería Plutón; el segundo Neptuno, el tercero Urano, el cuarto Saturno, el quinto Júpiter, el sexto Marte y el séptimo la Tierra. Los nefilim solo podían aterrizar en la Tierra si sus naves espaciales eran lanzadas desde el Duodécimo planeta bastante antes de llegar a las cercanías de la Tierra. Es posible que cruzaran la órbita de Plutón no solo como habitantes del Duodécimo planeta, sino también como astronautas a bordo de una nave espacial.
Un texto dice, que el planeta Shupa era aquel "donde la divinidad Enlil fijaba el destino del País", donde el dios encargado de la nave espacial establecía el rumbo hacia el planeta Tierra y el País de Sumer". Este era Plutón.
Después de Shupa, estaba Iru (curva o rizo). En Neptuno los nefilim comenzaban su amplia vuelta hacia su objetivo final. A Urano le llamaban Kakkab Shanamma (planeta que esta repetido o que es el doble), y ciertamente, Urano es el hermano gemelo de Neptuno, tanto en tamaño como apariencia. EN.TI.NASH.SIG (planeta de brillante vida verdosa).
Después aparecía Saturno, el gigante, 10 veces más grande que la Tierra, que se distinguía por sus anillos. Dotado de una tremenda atracción gravitatoria, le llamaban TAR.GALLU (el destructor) o Kak.Si.Di (arma de justicia) y SI.MU.TU (aquel que por justicia mata).
Al quinto planeta le llamaban Barbaru (brillante), así como SAG.ME.GAR (grande donde se abrochan los trajes espaciales), un difícil paso entre Júpiter y Marte y la entrada a la peligrosa zona del cinturón de asteroides, era el punto donde los nefilim se colocaban sus trajes espaciales.
Marte era UTU.KA.GAB.A (luz establecida en las puertas de las aguas) recordándonos las descripciones sumerias y bíblicas del cinturón de asteroides como el brazalete celeste que separa las aguas superiores de las aguas inferiores del Sistema Solar.
Al pasar Marte, la nave espacial nefilim establecía contactos y comunicación permanente con el "control de la misión" en Tierra. Después en la navegación estaba la Tierra, el séptimo planeta, se le llamaba Shu.Gi (buen lugar de descanso de Shu) y (el País de la conclusión de Shu). Era el destino del largo viaje espacial.
Continuará....
Abrazos de corazón apreciados lectores...
interesante datos
ResponderEliminarHola Gabriel, gracias por tu comentario...ya está publicada la cuarta parte, te invito a leerlo...saludos Mig
Eliminarlo sacaron de el libro del panet 12th de Zachariah Sitchin
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