domingo, 1 de mayo de 2011

El mensaje de Juan Pablo II a Venezuela


El Papa peregrino como cariñosamente se le recuerda a Juan Pablo II, por sus viajes, por el mundo entero. En especial a Latinoamérica, en circunstancias diferentes, de dictaduras a gobiernos democráticos, siempre el Papa llevó su palabra y Amor a todos sin importar diferencias políticas, sociales, económicas u otras. Hoy primero de mayo en acto solemne el vaticano confiere la beatificación del Papa Juan Pablo II, y en América sus visitas dejaron un profundo sentimiento de FE y Esperanza que hoy late con la misma intensidad de hace más de dos décadas en que por diferentes países de nuestro continente con su sonrrisa y humildad, contribuyo a la paz mundial.
El 26 de enero de 1985, aterrizó el jet DC-10 Luigi Pirandello de Alitalia en la pista del aereopuerto de Maiquetía. De esa nave, un hombre sencillo pero con un gran compromiso con la iglesia católica, descendió y al tocar tierra venezolana su inconfundible gesto de arrodillarse y besar la tierra que le recibía, ese hombre de 65 años era el papa Juan Pablo II en su primera visita a Venezuela.
En ese momento, el entonces presidente de la República Jaime Lusinchi y la primera dama, Gladys Castillo le recibian entre cantos, flores, alegrías, cientos de personas, sacerdotes y seminaristas.Sus palabras en ese entonces fueron -Me trae un objetivo bien preciso: tratar de consolidar aquella primera siembra evangélica que se operó en las playas de Cumaná y que halló pronto expresión visible en la primera Diócesis, la de Coro, declarada Ciudad Pontificia por uno de mis predecesores. Hacía tiempo que deseaba venir a veros, queridos hermanos y hermanas de Venezuela- fueron sus palabras en tierra venezolana. Mientras el Papamovil recorría el tramo que le llevaría del aereopuerto de Maiquetía hasta Miraflores, miles de personas a todo lo largo del recorrido, a orillas de la carretera, y en algunos tramos desbordaban los diques de seguridad, mostraban su respeto y admiración al papa.
Tiempo después, en 1996, en su segunda visita, una Venezuela herida por los sucesos del Caracazo, el golpe de Estado de Chávez todavía en la memoria de los venezolanos, y la economía desmantelada, una intensa batalla verbal ocupó los diarios ante la llegada del santo papa. La organización sin contratiempos de dos visitas papales a Venezuela, con actos en varias ciudades, casí puede considerarse un milagro. Mérida, Maracaibo, Guanare. Ciudad Guayana y Caracas fueron las ciudades que acogieron al Papa, sus mensajes y su eterna sonrisa.
Monseñor Jesús González Zárate, obispo auxiliar de Caracas, atesora memorias en una libreta con notas. Entonces era seminarista y fue el apuntador de deberes durante la visita de preproducción de la visita. "Monseñor Porras me pidió que le acompañara para tomar notas cuando el hoy Cardenal Roberto Tucci, coordinador de las visitas papales en la primera etapa del pontificado de Juan Pablo II, vino a ver los lugares donde se iban a hacer las concentraciones y a dar las indicaciones". Recuerda el obispo que una de las más famosas salidas fue la que protagonizó Adrián Guacarán en Ciudad Guayana, entonces un niño de 11 años. En aquel momento le cantó al santo Papa, el tema El Peregrino, que había aprendido en su escuela de Caucagua. Otro recuerdo hermoso esta sembrado en La Hechicera, en pleno páramo, y crece mirando al cielo. Con ayuda de una escardilla Juan Pablo II sembró un pino laso, una conífera autóctona de la selva nublada andina de Venezuela. Hoy día el pino esta enorme, se le sacó un gajito que se sembró en la Plaza Bolívar de Mérida. Tiene una placa en que se señala su procedencia.
Señala Monseñor Porras que en la Hechicera se celebra cada 28 de enero el aniversario de aquel encuentro con el Papa. Monseñor Porras ve claramente esos dos países que recibieron al papa, el de 1985 y en 1996. Dos procesos en Venezuela marcan cada una de esas visitas. En 1996 bajo el gobierno del Presidente de la República Rafael Caldera, fue difícil que el presidente aceptara la visita al Retén de Catia; eso quizo quitarse hasta último momento de la visita para que el Papa no viera esa cara de pobreza y de la situación carcelaria que lamentablemente se ha profundizado con los años. En 1996 el deterioro de la convivencia social era mayor. El Papa estaba consciente de esa problemaática que Venezuela sufría, quizás el inicio de lo que hoy vivimos en su más profundo deterioro social, económico, político, pues no solo afecta las instituciones sino los valores, la ética y la moral de sus ciudadanos. En ese sentido, Juan Pablo II en 1996, pidió que incrementáramos el trabajo evangelizador. Al final de ese año, siendo monseñor Ovidio Pérez Morales, se comenzó la preparación del Concilio Plenario de Venezuela. Precisamente, en 1996 en su segundo viaje a Venezuela la consigna del Papa fue "Despertad y reaccionad, es el momento". Esas palabras aun vigentes en nuestro país, retornan una y otra vez por el AMOR y la FE que el peregrino, nuestro Juan Pablo II dejó a esta hermosa tierra, bendecida por Dios.
Monseñor Gerald Cadieres es el único venezolano en la Curia Romana. Es oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe y durante varios años ha trabajado en un equipo cuyo líder fue el entonces cardenal Joseph Ratzinger. Cadieres recuerda sus encuentros con Juan Pablo II: Llegué a Roma en 1984, y en diciembre de ese año, me tocó servir en la misa de gallo, que se celebra todos los años en la Basílica de San Pedro. Al final se formó una línea y el Papa se acercó para saludar a todas las personas, una por una. Me preguntó de dónde era y le dije que de Venezuela. Antes de despedirse quiso decirme algo, pero vi que no lograba recordar la frase en español. Ya él estaba dando la vuelta, cuando le dije Feliz Navidad, él volteo muy sonreído y me respondió Feliz Navidad.
En 1983 y 1996, el Papa también visitó a Nicaragua. La primera vez que aterrizó en esa nación polarizada, en clara batalla, en la que el sandinista Daniel Ortega lideraba la junta de gobierno de reconstrucción nacional. Aunque Ortega no pudo acompañar al Papa en el recorrido con el Papamovil, los sandinistas lograron situarse en el ala izquierda de la tarima, en obvia alusión a su postura política, durante la misa en Managua. Esa eucaristía fue el momento de mayor tensión, mientras el Papa oficiaba la misa, gritos del público lo interrumpían constantemente. El himno del Frente Sandinista de Liberación Nacional fue puesto a todo volumen para calmar a los nicaraguenses, acto considerado por la Iglesia como un agravio al Papa. En su segunda visita a Nicaragua, con Violeta Chamorro como Presidenta, el Papa le comentó sobre su primer viaje: "Fue una gran noche oscura, hace 13 años parecía que tú, Nicaragua, eras solamente un campo de batalla, un polígono de las superpotencias, pero hoy se ve que eres sujeto de tu propia soberanía, humana, critiana, Nicaragua"

Han pasado los años, y el mensaje de unión y esperanza de Juan Pablo II sigue vigente, y palpita en el corazón de la humanidad. Un hombre que con su humildad, su vocación de servicio dejo huella a su paso por este plano terrenal, y ahora beatificado, eleva en nuestros corazones su palabra, su amor, su obra. Un hombre carismático y conservador, que se inclinaba con profundo amor y respeto frente a la imagen de la Virgen Santísima de Fátima, y que precisamente en este mes de Mayo, el día 13, se cumple otro aniversario de su aparición. Precisamente, es el mensaje de su visita a Venezuela, sus palabras están presentes en sus pobladores, la consciencia universal se conecta de forma que aun la ciencia no es capaz de comprender, es un fenómeno en cadena, la fe mueve montañas, y es capaz de derribar muros para construir puentes de concordia, de paz, de amor, de esperanza. Por una Venezuela unida, que superemos la fragmentariedad, y encontremos en la diversidad de nuestra hermosa tierra puentes de amor y unión. Recordemos nuevamente las palabras del santo padre Juan Pablo II "Despertar y reaccionar, es el momento", y que cada venezolano en su justa dimensión sea capaz de llevar estas palabras a la realidad cotidiana y entender su justo significado. Hasta la próxima!!!

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